Hace mucho tiempo, en el mismo corazón de China, existía un vasto y frondoso bosque que había visto cientos de veranos e inviernos. Su hermosura era admirada a lo largo de todo el país y muchos eran los artistas que habían cantado sobre sus maravillas ó las habían inmortalizado en dibujos para la posteridad.
En él crecían un sin fin de especies de árboles, su terreno era blando y suave como las alfombras de los palacios y la nutrida fauna que lo poblaba le confería una vida digna de un cuento de hadas. No pocas eran las leyendas e historias que se contaban sobre este bosque cuando niños y mayores se sentaban alrededor de las hogueras en las casas de las aldeas circundantes.
Dentro de aquel mágico bosque destacaban particularmente los gigantescos árboles milenarios, titanes de corteza y hojas que parecían tocar el cielo desafiando a los Dioses. La gente creía que aquellos colosos poseían alma propia y que debían estar dotados de una sabiduría más allá del entendimiento humano.
De todos estos árboles, el más impresionante se alzaba en lo más profundo del laberíntico bosque y parecía reinar sobre toda región. Tenía unas grandes y robustas raíces que se extendían por todo el suelo como ríos de madera, sus hojas brillaban con un verde luminoso y sus ramas parecían atravesar el universo. Cientos de flores de todas las tonalidades lo cubrían formando su manto real y su tronco era tan poderoso que los lugareños le pusieron el nombre de "Torre Verde Celestial". Jamás ningún hacha pudo mancillar semejante encarnación de la fuerza y la solidez.
Su portentosa majestuosidad le había dotado de un aire casi divino y los aldeanos no paraban de hacer peregrinaciones hasta él. Multitud de ofrendas, rezos, cantos y fiestas lo habían abrigado siempre... duelos mortales, partos de niños, declaraciones de amor, ancianos que se habían tumbado bajo su sombra para morir... Aquel árbol había visto lo que nadie podría ver en toda su vida.
Mas aquel árbol era tan esplendoroso como altivo y avasallador, pues su tremenda presencia ensombrecía a todos los árboles que se encontraban cerca de él, aun cuando éstos fueran grandes y fuertes también. Todo aquel árbol que intentaba crecer y acercarse al poder de la "Torre Verde Celestial" era engullido por sus raíces y aplastado por sus ramas. Sin duda eso debía pensar un joven y enclenque árbol que se encontraba muy cerca de los dominios del rey del bosque. Era este un árbol de pequeñas proporciones en comparación con el resto, no poseía su vigor ni su belleza. Por ello era completamente ignorado por los aldeanos, ningún canto le fue dedicado jamás.
Parecía que su destino era servir de leña en las fuegos de los hogares mientras su poderoso vecino conquistaba el alma de los hombres.
Ocurrió que, durante un año desconocido, aconteció un invierno tremendamente duro en la región, tan cruel que se llegó a pensar que era un castigo proveniente de los cielos. Se sucedieron intensas nevadas y huracanes que azotaron los poblados, cubriendo de blanco las casas y los pastos. Desgraciadamente, el bosque no fue ajeno a la ira de los elementos y todos sus árboles sufrieron un duro castigo. Y la "Torre Verde Celestial" no fue una excepción pues, aunque al principio aguantó todas las inclemencias con su poderosa estructura, con el tiempo el peso de la nieve fue poco a poco quebrando sus fuertes ramas y el viento arrancaba poco a poco astillas de su hercúleo tronco y de sus firmes raíces.
Sin embargo, muy cerca de aquel drama, el joven árbol que no debería ser rival para el terrible torbellino invernal, se combaba y se doblaba al son del viento que lo sacudía una y otra vez, una y otra vez... pero siempre volvía a su posición recta. Miles de veces su hojas y su ramas barrieron el suelo con las tremendas sacudidas, pero siempre se alzaba triunfante al final...
Llegó un día en que el viento fue de una potencia tan terrorífica que, la "Torre Verde Celestial", tan mermada por el lento y continuo castigo a la que había sido sometida, no pudo aguantar más y fue derribada impactando súbitamente contra el suelo con un estruendo que resonó por todo el bosque. Todo su sobrenatural poder no pudo resistir al final a una fuerza que, finalmente, le acabó superando. Su caída supuso el fin de un mito para los aldeanos. Éstos fueron acudiendo al lugar cuando la terrible tormenta pasó, se congregaron asustados alrededor del árbol muerto sin saber qué hacer ni decir...
Pero muy cerca de allí, un pequeño, delgado y joven árbol seguía contemplando el sol, tan erguido y lozano como siempre lo había hecho...
Tiempo después, se dice que esta historia influyó fuertemente en la creación del JUDO "el camino de la flexibilidad" , famoso arte marcial en el que la victoria se obtiene aprovechando la fuerza del contrincante, sin intentar oponerse a ella...
Autor: Hammer Pain
"El que se aferra acaba cayendo, pero el que no se aferra, no teme ninguna caída"
(Máxima Samurai)
Buena leyenda Hammer. Todos deberíamos de aprender de ella. Un saludo
ResponderEliminarMuy cierto amigo Miguel angel, me alegra que te haya gustado ¡saludos!
EliminarMe encantó la leyenda; es más intentaré aplicar la máxima a mi vida, seguro que me irá mejor jejeje.
ResponderEliminarMe quedé con ganas de saber más sobre el origen del judo.
Saludos!!
Jeje me alegro que te haya gustado Marybel, la verdad es que esta historia da mucho que pensar ¿verdad?
Eliminar¡Saludos!
Qué bueno. Y no conocía esta leyenda para nada. Y eso que desde los 7 años practico judo... Y es cierto el principio que citas. Es increíble, parece que no puede ser, pero el que se aferra acaba volando por los aires antes de tocar el tatami.
ResponderEliminarSaludos.
Yo he practicado artes marciales y he leído muchñisimo sobre ellas. Esta historia siempre me llamó la atención, me alegra que te haya gustado amigo, ¡sigue entrenando duro! :)
EliminarSaludos
Me encantó !! No la conocía pero me gustó mucho :3
ResponderEliminarMe gustan la Artes Marciales, pero soy una floja :D
Gracias.
Hola Sandra, ¡¡qué bien que te haya gustado!! :)
EliminarTambién el árbol pequeño podía pensar que era flojo y sin embargo.. ya ves lo que pasó al final ;)
¡Saludos!
Excelente leyenda, no siempre lo que parece fuerte en tiempos de calma termina siéndolo en tiempos de tempestad. un abrazo Hammer :)))
ResponderEliminar¡Muy cierto amiga Alejandra! :)
EliminarUn abrazo
Muy bueno. No conocía esta leyenda pero me ha gustado mucho. La mitología oriental es muy desconocida en nuestro país y estos artículos son muy interesantes para conocerla.
ResponderEliminarBesos
¡Muchas gracias! a mí siempre me ha interesado toda la cultura oriental, precisamente por historias como esta..
Eliminar¡Un abrazo!
Muchas gracias por tan magnífico texto. Invita a la reflexión y más de uno podrá identificar ese principio de flexibilidad y no resistencia que predican muchas religiones y filosofías espirituales. Yo lo he aprendido en el libro "El poder del ahora" de Echkart Tolle, que denomina a este principio "rendición" y que os recomiendo encarecidamente. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Gracias a tí! ;) ya sabía que te gustaría.
Eliminar¡Un abrazo y ya hablamos!
Me ha gustado, todo un mensaje, sobrevive el que mejor se adapta, aunque parezca no ser el más fuerte. Saludos Hammer
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado amigo Roland :)
Eliminar¡Un saludo!
Qué derroche de imaginación y simbolismo..! Los mundos de leyenda son todo un universo que me apasiona y en el que me pierdo. Gracias Hammer, saludos
ResponderEliminar¡Muchas gracias a tí, me alegra que te haya gustado!
ResponderEliminarUn abrazo
Genial!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, bienvenida! ;)
Eliminar¡Cómo me gusta este relato!
ResponderEliminarFue lo primero que leí de ti en corto relatos :)
¡Un saludo!
¡Hola de nuevo Carmen! me alegra mucho que te gustara tanto jeje ¡es genial tu entusiasmo!
Eliminar¡abrazos!
Me ha gustado mucho este relato, encima en su día hice judo varios años ^^
ResponderEliminarUn saludo!
¡Gracias Victor, yo también he practicado Judo entre otras artes marciales, me encantan!
EliminarAbrazos
Cuanto más alto sea el contrincante, más pesada será la caída.
ResponderEliminarMuy bueno amigo. De todas formas, más allá del mensaje, me gusta el estilo narrativo, como yo al escribir, veo que te gusta recrearte en lo verde, la naturaleza.
Un abrazo ;)
¡Hola Ray! muchas gracias, esta ha sido una historia que, como apasionado de las artes marciales, siempre me ha encantado. Encierra una profunda verdad ;)
Eliminar¡Abrazos!
Genial la leyenda. Me ha atrapado desde el principio. Precioso. Un saludo.
ResponderEliminar¡Gracias María, siempre me ha encantado esta leyenda y me alegra que te haya entusiasmado tanto! :D
EliminarAbrazos