miércoles, 22 de enero de 2014

"EL FUEGO DE BELENOS", mi emotivo relato ambientado en la antigua festividad celta de Beltaine



    Eoghan se encontraba caminando por la orilla de un riachuelo que discurría por las tierras de su Uisneach natal, en el corazón de la mágica y ancestral Irlanda. Su joven espíritu ardía hoy lleno de gozo y alegría, como el del resto de habitantes de la región. Todos sabían que se avecinaba el final del primer día de mayo, y no era aquel un día cualquiera. El Samhain tocaba a su fin, los oscuros y tristes meses de invierno agonizaban para dar paso al luminoso y fértil verano. Ese día era, por supuesto, Lá Bealtaine, el Día del Brillante Fuego, un momento místico y trascendental para cualquier celta.

    Esa noche los fuegos se apagarían en las chimeneas de los hogares y cientos de hogueras aparecerían en los montes. Los árboles se vestirían con sus mejores galas y el ganado sería bendecido. Jubilosos cantos se oirían a través de todos los valles y los valientes guerreros serían purificados con el humo mientras danzaban alrededor de las llamas.

    También era costumbre aquel señalado día el peregrinaje a manantiales y fuentes de agua antes de que el sol despuntara, para ofrecer plegarias a los Dioses en busca de salud y prosperidad. Al joven Eoghan le encantaba particularmente esta tradición, pues su madre, a la que quería mucho, lo había llevado desde muy pequeño a visitar numerosos manantiales en bucólicos rincones a lo largo del reino. Y muchas eran las oraciones que habían ofrecido juntos al Sol del Atardecer y al Alzamiento de la Luna.

    No obstante, también había un manto de sombras que pugnaba con la alegría que agitaba el corazón de Eoghan. Hacía tiempo que había notado que a su madre le fallaban las fuerzas, y muchas eran las veces que ella se encerraba en su habitación dentro de la cual Eoghan la oía toser y llorar. No se atrevía a preguntarle si se encontraba enferma, pues su madre era de fuerte e indomable espíritu y jamás lo habría admitido. Pero el joven sabía que algo terrible le pasaba y sabía que debía ayudarla. Sentía que, si no lo hacía, ella acabaría muriendo.

    La pena por la enfermedad de su madre y la responsabilidad de ser el hombre de la casa tras la muerte de su padre hacía dos años eran una carga demasiado pesada.

    Así pues, el peregrinaje de aquel año no era como el de otro cualquiera. Eoghan tenía intención de orar toda la tarde y toda la noche si fuese necesario hasta obtener una respuesta de los Dioses que ayudara a su madre. Llevaba consigo la tradicional moneda de plata que, según la costumbre, debía arrojarse en el manantial tras rodearlo tres veces en sentido del sol tras lo cual se pedía un deseo. Y en ese deseo estaban encerradas todas las esperanzas de Eoghan. Así lo había tallado en la moneda para que fuera leído por los Espíritus y pudieran comunicárselo a los Dioses.

    Tras llegar al manantial que había elegido para sus rezos, procedió a realizar todo el ritual. Pasó toda la tarde y toda la noche entonando cantos y plegarias tal como había prometido sin participar en las canciones y en los gritos de alegría que le llegaban desde todas las direcciones. Y todo finalizó cuando, con lágrimas en los ojos, arrojó la moneda al agua y ésta se hundió en las oscuras profundidades.

    Entonces, sintió de repente como la cabeza le daba vueltas mientras una súbita luz surgía del manantial. Eoghan apenas pudo distinguir un fuego brillante como el sol que aparecía delante de él y no podría haber asegurado si aquel fuego procedía del cielo o de la tierra. Era como si la realidad entera se hubiera tornado en un extraño fuego cuyas llamas no quemaban y tenían unos colores imposibles de ver en el mundo de los mortales.
Y así, mientras sentía como sus piernas se doblaban y caía al suelo, oyó que alguien o algo le hablaba con una voz que era como el rugir de los vientos velestiales que mueven las estrellas en el firmamento:
   
     —Eoghan, hijo de Glenhold, hijo de Aldana, que tu deseo te acompañe por siempre.

    Al poco rato el muchacho despertó y recorrió con los ojos el lugar. Todo seguía exactamente como cuando llegó, sin rastro de ninguna luz ni de ninguna voz. Notaba que la cabeza le dolía, sin duda debido al golpe provocado al caer al suelo. Razonó que había pasado demasiadas horas sin comer ni beber mientras rezaba y eso le había provocado al final un desfallecimiento acompañado de unas extrañas visiones debido al golpe al caer al suelo.

    Alzó los ojos al cielo, los primeros rayos de sol aparecían en el horizonte, el día de Beltaine había llegado a su fin. Con el corazón algo apesadumbrado se dispuso a regresar a su casa. No había obtenido las respuestas que buscaba. O eso pensaba.

    Cuando llegó a su hogar contuvo una exclamación. Su madre estaba danzando sobre la hierba con una energía y una gracia como hacía tiempo que no le había observado. Cuando ella le vio, corrió hacia él con rapidez y lo abrazó mientras le decía:

     —Gracias hijo mío por el regalo que me has hecho mientras dormía. Te juro por todos los Dioses que lo llevaré siempre conmigo. Abrázame mi pequeño.

    En medio de su explosión de felicidad y de los brazos de su madre, Eoghan no tenía ni idea de a qué se refería y no le importaba lo más mínimo. Su deseo se había cumplido, no sabía cómo, pero se había cumplido.

    Mas el joven recordaría toda su vida el momento en que se fijó en el cuello de su madre y vio un extraño amuleto alrededor de él. Y allí estaba, La moneda que había arrojado horas antes al agua del manantial con su deseo tallado en ella. Y en esa moneda se podía apreciar algo nuevo que había sido tallado, algo tan perfecto que no podía ser obra de ninguna mano mortal, algo con la forma de un fuego que habita en otro plano más allá del mundo mortal...

Belenos, el Dios de Fuego, el Dios Sanador.

Autor: Tulkas Hammer Pain




30 comentarios:

  1. No sé mucho de mitología pero sobreentiendo que te refieres a loa orígenes de la festividad del San Juan en Junio, no? Desconocía que fuese una festividad pagana, bueno realmente todas lo son, hasta la Navidad. El cristianismo lo único que hizo fue adoptarlas y adaptarlas a su liturgia...

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    1. Hola Marybel! sin duda el comienzo de la primavera y/ó del verano ha sido una celebración bastante popular en muchas culturas a lo largo de la historia, coincidiendo con el momento fértil de la naturaleza para cultivar y pastorear, un buen motivo para dar gracias a los Dioses de las respectivas mitologías.
      En este caso, para los antiguos celtas, llevaba ese nombre, Beltaite, "el Día de Belenos", "El Día de Fuego", "El Primer Día de Mayo".. hay diversas traducciones..
      Saludos!

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  2. Buena prosa. Se nota que dominas y te gusta el tema celta. Me gusta el relato. Un saludo

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  3. Gracias amigo!! siempre me ha apasionado la cultura y la mitología celta. Me alegro que te haya gustado! un abrazo!

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  4. Hola Hammer, me ha encantado tu relato, se siente la magia en el ambiente al leerlo, un abrazo.

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    1. Gracias Alejandra, que la magia nunca se extinga! :)
      Un abrazo!

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  5. Hermosas palabras sobre todo por que habla de un hijo que desea desde su mas profundo cuerpo salvar a su madre.

    Saludos de EL GATO METIO LA COLA

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    1. Bienvenido Ivan!! muchas gracias por tu comentario, un saludo!!

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  6. Excepcional !!! me alegra mucho el conocerte y conocer lo que haces en el blog. muchas gracias por todo.
    Saludo ; El Circulo Celta

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    1. Gracias amiga Ana! Bienvenida al lugar donde viven eternamente los valientes como han sido siempre los celtas!! Gracias por tus palabras y felicidades por tu excepcional blog que visitaré muchísimo!!
      Un abrazo!

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  7. Muy bueno Hammer. Describes la festividad exacta sin extenderte mucho, nos das el toque para que nosotros imaginemos acompañados de tus palabras escritas. Me ha gustado el final y el relato. Un abrazo!!

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    1. ¡Muchas gracias amigo! siempre es una ilusión recibir comentarios así :)
      ¡Abrazos!

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  8. Una historia sencilla que me recuerda a cantidad de anécdotas cristianas. Pero ha sido interesante leerla y me gustó tu estilo narrativo, directo y modesto. ¿Es una leyenda real o tú la inventaste? Saludos

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    1. ¡Bienvenido Carlos, muchas gracias por dejar tu huella en esta publicación! me alegro mucho que te haya gustado el relato (es una invención mía) :)
      ¡Saludos!

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  9. Realmente tierno, logras que funcione muy bien una idea tan conocida por todos.

    Un saludo.

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    1. ¡Muchas gracias! te doy la bienvenida y me alegra que te haya gustado este relato :). Aquí tienes un hogar para siempre
      ¡Abrazos y Feliz Año!

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  10. Emotivo sin duda. Me ha encantado el detalle de tallar la moneda para que sea leída por espíritus.

    Un saludo

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    1. ¡Muchas gracias! me alegra que te haya emocionado esta pequeña historia :)
      ¡Abrazos!

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  11. Gracias Tulkas, es un sueño podernos sumergir en este mundo mágico de danzas y deseos a los dioses, visiones y milagros impregnados de esa extraña y desconocida mitología celta..Saludos

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    1. Gracias a tí Alfmega, me alegra que esta sencilla historia pueda producir esa sensación mágica :)
      ¡Un beso muy grande!

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  12. Me ha gustado mucho Tulkas. Es un buen relato y el final es precioso. Me gusta mucho la cultura celta, no la domino pero siempre me ha parecido preciosa. Samhain sigue siendo considerado un día de poder, jeje ; )

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    1. Muchísimas gracias Ramón!! Me alegra que te haya gustado, te doy la bienvenida a este lugar!! :)
      Un abrazo y nos leemos

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  13. Me ha parecido un relato más que interesante, muy bien narrado. Creo que a partir de ahora me quedaré por aquí cerca y te leeré más a menudo.

    Saludos.

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    1. Bienvenido Alfredo!! Y muchas gracias por tu comentario y por seguir mi blog :) me alegra que te haya gustado el relato ;)
      Abrazos y nos leemos!!

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  14. Buen relato sin duda, hasta me ha emocionado...un poquito jejeje.
    ¡Saludos compañero!

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